Los profesionales de la Ingeniería y de áreas de la construcción, podrán aplicar diseño de nuevos sistemas de alcantarillado y en toda ampliación o extensión de un sistema de alcantarillado unitario existente o redes separadas. Lo último que se hace en la construcción de un baño es la conexión con el alcantarillado. Hay que dejar medidas las pendientes, tiradas las tuberías, hecho todos los ramales de desagüe, y al last se conecta la tubería recolectora a la cámara. Todos los establecimientos que tengan como objetivo la producción, elaboración y expendio de alimentos deben tener un sistema de aguas adecuado y seguro, que esté autorizado por la SEREMI de salud a través de la resolución sanitaria para agua potable y alcantarillado. Te sugerimos que, además, revises otros contenidos de Chile agrícola referidos a este tema. Máxima eficiencia en la utilización de los recursos económicos en la limpieza y mantenimiento de la red de alcantarillado.
En caso que los rebases sean de responsabilidad de la empresa, una vez superado el problema, ésta deberá adoptar las medidas necesarias para limpieza alcantarillado aguas andinas higienizar y descontaminar el sector amagado. En el caso que esto no ocurra, se debe informar al Servicio de Salud correspondiente.
Un ejemplo de esto, son los macrocolectores o aquellos ramales principales que descargan el agua ya utilizada en las PTAS. Si por las condiciones geográficas esto no es posible, se emplean plantas elevadoras que permiten llevar las aguas servidas a un punto más alto para que continúen su escurrimiento gravitacional. Cuando el agua potable ya ha sido ocupada para fines domésticos, industriales u otro tipo de actividades, se transforma en aguas servidas, o también llamadas aguas negras o aguas residuales. Y, solucionado en gran parte el problema del agua “potable” a finales del siglo XIX y ad portas del alcantarillado, retomemos la historia de las acequias, de acuerdo al ingeniero Tagle que nos ha servido de guía hasta aquí6. Los árabes, que ocuparon España durante ocho siglos, desarrollaron una red de acequias (del árabe saqiyah, irrigadora) para llevar agua a las casas, mayoritariamente destinada al riego de sus jardines, siendo probable que también se llevaran las deyecciones. Y por ello los conquistadores trajeron a América sus acequias y sus alarifes (del árabe al’arif, arquitecto o maestro de obras), aunque ya los incas nos habían enseñado a hacer canales de regadío, de acuerdo a don Juan Ignacio Molina3.
Puede considerarse que la red de acequias, diseñada por el alarife Gamboa en 1541 junto con el plano de los solares de la recién fundada ciudad de Santiago, fue el esqueleto que al correr de los siglos llevaría a la construcción de un alcantarillado. Durante el período colonial estas acequias, destinadas a aportar agua a las chacras, servirían para llevarse los desechos, no sólo orgánicos, sino de todo tipo, generando abusos y litigios entre los vecinos, que se intentaba controlar con múltiples leyes y reglamentos. El agua para beber, extraída del río Mapocho, period nauseabunda y fuente de infecciones entéricas, siendo mejor –y más cara– la acarreada desde las quebradas cordilleranas, como la de Ramón. Con el advenimiento de la República en el siglo XIX nació la preocupación por tener una estructura sanitaria similar a la europea, culminando con la concept de tener una red de alcantarillado, cuya construcción se iniciaría recién en 1905, luego de una larga discusión de varios proyectos.
Colaborar en la definición de políticas públicas relacionadas con la reducción de déficit de cobertura de agua potable y saneamiento sanitario. Si se obstruye la instalación domiciliaria de alcantarillado, la cual comprende desde los artefactos hasta la última cámara domiciliaria, inclusive, la solución será de responsabilidad del cliente, por lo cual deberá contratar con la empresa sanitaria o con un particular dicha solución, con el consiguiente costo a su cargo. Las acequias, pasando por el patio trasero de las casas, sirvieron a los vecinos como vía de evacuación para la basura, los restos de comida, las orinas y las deposiciones que no iban a la calle. Era costumbre entre la gente pobre hacer sus necesidades en la vía pública y también que los más preclaros caballeros “entraran sin miramiento alguno en la primera casa que se les presentara, para orinar detrás de las puertas, tanto que en algunos edificios se había colocado en el zaguán una teja embutida en la pared para hacer menos onerosa esa servidumbre”7. Si por efecto de algún problema en el colector público que provoque rebase superficial de aguas servidas que ocasione daño en la vivienda (enseres y otros), su reparación o reposición podrá solicitarse a la empresa.
Al no haber solución por esta vía, el cliente podrá recurrir al Juzgado de Policía Local correspondiente. Una vez que las aguas servidas llegan a las PTAS, nuestros equipos ejecutan el proceso de descontaminación hasta alcanzar el nivel exigido por la normativa chilena DS90 para, posteriormente, reintegrarla al medio ambiente. Cuando la red se ve obligada a transportar una mayor cantidad de aguas servidas, el tamaño de los colectores aumenta.
A través de esta red se transportan las aguas servidas hasta nuestras plantas de tratamiento de aguas servidas (PTAS). Este sistema funciona por gravedad, escurriendo desde los puntos más altos a los más bajos. Conoce más de la industria sanitaria y las etapas del proceso productivo que gestionamos día a día para entregar el servicio de agua potable y tratamiento de aguas servidas en tu hogar. Tienes que ir a la compañía de agua que corresponde a tu domicilio y pedir el plano de alcantarillado de tu casa y la red de agua potable. Si es un baño nuevo (ampliación de la casa) te tienen que entregar un croquis con el diseño del baño y un listado de los artefactos que tendrá. Esto sirve, entre otros objetivos, para calcular el derecho de alcantarillado domiciliario.
En la Antigüedad, contrariamente a lo que pudiera creerse, algunas naciones desarrollaron avanzadas estructuras sanitarias, comprendiendo distribución de aguas para beber y recolección de las servidas. Hace miles de años ya los egipcios tenían canales y desagües subterráneos para acarrear los desechos desde sus ciudades a los campos de cultivo, con lo cual mejoraban la salud de los citadinos a costa de los campesinos, quienes se vengaban sin saberlo enviando de vuelta a las ciudades las bacterias en sus productos; en fin, al menos la intención de esos primitivos higienistas era buena. En artículos anteriores hemos comentado las medidas sanitarias del pueblo judío que se mencionan en la Biblia1, así como las excelentes que llegaron a exhibir los romanos, al punto de preguntarnos si hubo infectólogos en la Antigua Roma2, pero todos avances se perdieron en la oscuridad de la Baja Edad Media. En cuanto a los griegos, sus mentes estaban preocupadas de temas muy por encima de los excrementos y sólo de paso algunos filósofos mencionaron las bondades para la salud de contar con un adecuado suministro de aguas.
Y así, quitándolas y poniéndolas, la suciedad continuó, y la propuesta de hacer una acequia subterránea por el centro de las calles cayó en el vacío, así como antes, durante el gobierno de Ambrosio O’Higgins los vecinos rechazaron la thought de pavimentar con lozas las aceras, porque tal invento iba “a minar los cimientos de las casas”. A fines del siglo XVIII, la hermosa Alameda, plantada de sauces, “era un enorme estercolero en que los montones de basura alcanzaban la altura de los edificios”8. Toda el agua para las acequias venía del Mapocho, disminuyendo dramáticamente el abastecimiento en años de sequía, hasta que en 1717 surgió la idea de llevarle agua del Maipo para aumentarle el caudal, construyéndose el Canal del Maipo, y la cosa mejoró. Pero si aumentaba el volumen, el contenido empeoraba y la fetidez de las acequias period aguas andinas servicio de alcantarillado inaguantable, y tanta period la basura que llevaban, que solían taparse con algún objeto demasiado grande, anegándose los patios. Por tal motivo el Gobernador Amat y Juniet ordenó a los vecinos poner rejas a la entrada de la acequia en su propiedad, para que así se anegase quien tirase a la acequia el bulto grande y no quien lo recibiese, pero los anegados resolvieron su problema con unas manos de fierro adosadas al extremo de un palo largo, con las cuales levantaban el objeto y lo tiraban por encima de la reja al incauto vecino. Como esta práctica provocara los justificados reclamos de múltiples afectados, el Gobernador Jáuregui suprimió “las rejas de Amat” en 1777, a la par que obligaba limpiar las acequias una vez al año, so pena de dos pesos de multa.
Si se obstruyen los colectores públicos de alcantarillado, la empresa debe responder por su desobstrucción. En Chile abundan los discursos y El Mercurio nos entrega in extenso los muy floridos del empresario Ricardo Wedeles, ganador del concurso; del ingeniero Mauricio D’Orival, por la empresa “Sociedad Constructora de Batignolles de los señores Fould i C.”; y del Ministro del Interior, don Juan Antonio Orrego. El Mercurio relata la presencia del Orfeón de la Policía, de numerosos ministros y autoridades de Gobierno; del Arzobispo Casanova, quien bendijo las obras; y, por supuesto, de don Jermán Riesco, quien puso en la excavación el acta y la primera piedra, sobre la cual echó una paletada. Los vecinos sacaron las rejas, pero no limpiaron las acequias, pues al asumir en 1782 el Gobernador Benavides, escribió al Cabildo quejándose de “la inmundicia de las acequias que se derraman en las calles, hallándose éstas en términos de no poderse transitar a pie, ni a caballo, ni en coche…”. Finalizando el curso en forma exitosa, recibirás un diploma en formato digital que acredita tu aprobación.